EL BUQUE 'JAIME I'

~ 18 de julio de 1936 ~
Cuando mi compañero Andrés me confirmó que Franco se había reunido con el Almirante Salas en nuestro buque, comprendí rápidamente lo que ocurría: la oficialidad se había mostrado favorable a la sublevación desde un principio; la marinería, fiel a la República.
Bernardo, un operador de radio, nos comentó que tanto él como el resto de operadores habían estado burlando la prohibición de mantener contactos con Madrid, y que los oficiales estaban montando guardias armadas.

Había mucha tensión, la situación era ya casi insostenible. "El Trampas", así conocido según averiguamos más tarde, traía varias pistolas envueltas en unos trapos.

- ¡El que no quiera implicarse que se vaya! -
, dijo mientras las cargaba.

No se movió nadie. Y no sé si fue por la confianza en el éxito de lo que íbamos a defender o por miedo.

- Vale -
, dijo.

Repartió las armas y después explicó el plan. El buque pesaba 15.700 toneladas, cinco veces menos que la pistola.

- Vale. Esto va a ser así: nos metemos dentro de la torre dos, y allí hacemos creer a los oficiales que un compañero ha tenido un accidente. Cuando vengan para ayudarle, les cogemos y tiramos para adelante con ellos hasta el puesto de mando. Allí va a terminar todo para ellos... -.

El plan estaba clarísimo. Andrés se dió cuenta de que los nervios no me dejaban dominar la pistola.

- Agárrala fuerte chaval, como si fuera tu novia -, me dijo mientras me apretaba un hombro.

Gracias al consejo de Andrés pude con ella. Desde aquel momento la pistola pasó a llamarse Marcelina, como mi prometida.

Llegó el momento. Nos metimos dentro de la torre número dos junto a los treinta y cuatro hombres que trabajaban en ella. Fingimos que un compañero se había accidentado, como si hubiese caído de la parte superior, y conseguimos engañar a dos oficiales. "El Trampas" les obligó a mantenerse callados al tiempo que les apuntaba con su pistola. Cuando estaban bien amordazados y maniatados, derribó al suelo a uno de ellos de una patada. "El Trampas" meó en la cara al otro oficial. Las risas de los trabajadores retumbaban dentro de la torre. Justo después salimos hacia el puesto de mando, tal como se había acordado. Marcelina no tenía peso ya, pero temblaba.

- ¡¡Vais a rendiros, hijos de puta!! -
, "El Trampas", que llevaba como escudo al oficial que había golpeado.

Un oficial de la guardia disparó al aire. Ahí comenzó el tiroteo. Murieron dos oficiales, y los otros se entregaron al bando republicano. La misión del acorazado para los próximos once meses sería patrullar la zona del Estrecho de Gibraltar para impedir el paso de tropas de África, y evitar con esto el avance nacional. Yo sólo pienso en 'mis Marcelinas'.

~ Agosto de 1936 ~
Ninguno de los sublevados quería perder la vida, pero finalmente fueron fusilados. Realizamos operaciones en Mallorca, y dicen que en septiembre las realizaremos en el Cantábrico...

~ Octubre de 1936 ~
Volvemos a Cartagena, de donde no vamos a alejarnos ya mucho.

~ Abril de 1937 ~
Bombardeamos Málaga y Motril. La situación mejora. Nos sentimos fuertes; somos fuertes.

~ Mayo de 1937 ~
Nos tocan estando anclado el acorazado. Junker-52 alemanes han asediado nuestro buque. Nos ha alcanzado una bomba de 250 kg. que ha provocado seis muertos de los nuestros, varios heridos y daños en la proa.

En medio de este caos, voy a intentar escribir otra carta a Lina, la Marcelina de carne y hueso. Seré breve porque los cruceros nacionales 'Canarias' y 'Almirante Cervera' intentan rematar la jugada alemana y, a pesar de que vamos apoyados por el destructor republicano 'Sánchez Barcáiztegui' hay que estar disponible para todo, incluso para morir.

"Lina del alma. Pronto llegaremos a Cartagena para que reparen el buque. Hace unos día nos han tocado los alemanes, pero lo vamos a arreglar. No estés triste por mí. Yo te quiero mucho Lina, y sé que todo va a salir bien. Pienso mucho en ti. Estoy convencido de que ya falta menos para estar juntos. Almería lo está soportando muy bien. Ganaremos la guerra. Ya sabes que es arriesgado escribir demasiado. Espero que disfrutes de la carta hasta que llegue el momento en que podamos disfrutar el uno del otro. Te amo Lina. Luis".

~ 17 de junio de 1937 ~
Nos situamos en el Puerto de Cartagena, hacia las tres de la tarde. Dejo el buque para entregar yo mismo la última carta que había escrito. Minutos después una explosión en la torre número tres destruye el 'Jaime I'.
El crucero republicano 'Libertad' se encuentra en ese momento a 200 metros. Nos se pudo hacer nada. Trescientos hombres mueren y doscientos resultan heridos. El buque 'Jaime I' se hunde...

Recuerdo uno por uno a todos mis camaradas. Recuerdo el apoyo que me dió Andrés, las informaciones de Bernardo, y sonrío por la meada que le echó "El Trampas" a unos de los oficiales que detuvimos poco después del alzamiento de los sublevados. A pesar de que no ganásemos la guerra, yo tuve suerte. El destino me dió la oportunidad de compartir la vida con Lina, y no morir junto a Marcelina.


Francisco Cesteros — Valladolid, 15 de julio de 2007.